¿Cuánto debe pesar la mochila?

¿Es mejor usar carrito?

¿A qué altura se debe llevar?

Uso de la mochila

Seguro que como madre y/o padre, más de una vez te has preguntado alguna de estas cuestiones respecto a la carga de la mochila de tu hijo. La espalda de los niños tiene 3 grandes enemigos ligados a su actividad escolar: el transporte de mochilas con mucho peso, el sedentarismo y la falta de higiene postural. Un estudio realizado por el Colegio de Fisioterapeutas alerta de que siete de cada diez niños padecen dolores de espalda, derivados fundamentalmente de cargar la mochila de forma errónea y adoptar una postura incorrecta en clase. A estos factores se suma otro más reciente: el uso de teléfonos móviles y/o tablets.

Qué debemos tener en cuenta

• Peso. El peso variará según cada niño. Lo primero es saber  cuánto pesa el niño, ya que no debería transportar en su espalda más de un 10% o 15% de su peso (según la Asociación Española de Pediatría).  Después, debemos de tener en cuenta el peso de los libros, ya que un niño de 40 kilos no debe llevar más de 4 o 6 kilos en su mochila. Y por último, y no menos importante, el tipo de mochila, ya que ésta por sí sola debe pesar poco. 
• Tamaño. El tamaño de la mochila debe adecuarse al tamaño del niño: no puede ser más grande que su espalda. La mochila se debe apoyar sobre la zona lumbar, quedando a unos cinco centímetros por encima de la cintura.
• Tirantes. La mochila debe tener dos tirantes que irán apoyados sobre los dos hombros. Deben ser anchos, estar acolchados y procurar que estén apretados de forma que la mochila quede pegada al cuerpo.
• Correas. Se recomienda que la mochila tenga dos correas para atar por la parte delantera. Una en la cadera y otra en el pecho, que permitan distribuir el peso y que hagan que la mochila se mueva lo menos posible.
• Colocación de objetos. La mochila debe permitir colocar los objetos más pesados más cercanos a la espalda, y que los menos pesados se puedan repartir por diferentes compartimentos.

Y si se usa el carrito… Se recomienda que sean empujadas hacia adelante o que disponga de un asa lo suficientemente extensible como para que el alumno pueda arrastrarlo sin forzar el hombro hacia atrás y sin verse obligado a tener el codo totalmente estirado.